Un mismo producto es más
caro en su versión femenina que en los destinados a la venta masculina. El
ministerio de Economía francés lleva semanas estudiando esta llamada 'tasa
rosa' que algunos colectivos denuncian como discriminatoria, mientras
que la industria la justifica como tasa del márquetin. La revista Forbes mantiene que las americanas
gastan al año 1.300 dólares más que los hombres debido a estas diferencias de
precios.
En las estanterías de los
supermercados podemos comprobarlo, por ejemplo, las cuchillas de afeitar
masculinas son más baratas que las destinadas a la depilación femenina, los
desodorantes de las mismas marcas sólo cambia el color y el precio, los azules
son más baratos que los rosas. También podemos comprobarlo en los perfumes, los
destinados a la mujer son más caros que los destinados al hombre. Ir a la peluquería, en las mismas condiciones
de melena, también sale más caro a la
mujer que al hombre.
Los expertos de consumo aseguran que esa
política de precios responde a la ley de la oferta y la demanda, además piensan que la mujer está dispuesta a
pagar más por ese producto.
Las mujeres no solo ganan
menos que los hombres por el mismo trabajo, sino que pagan más caro que los
hombres los mismos productos. Una
desigualdad bastante evidente e injusta.
Cuando vayamos al
supermercado no sólo debemos de fijarnos en las ofertas o en marcas blancas para asegurar nuestra
economía, sino también en el color de los productos y comparar si a mismo
producto, diferente color tienen diferente precios.
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